Me asustaba pensar que estaba hecha de aire, nada le ataba aquí y sabía que si algún día pudiese,su tacto se volvería pluma, nada frenaría su huida.
Llegué hasta ella mirando hacía el abismo, y la vi, rodeada de lobos y fieras. Su olor parecía mermarles y casi le rendían vasallaje. No parecía importarle lo que ocurriese fuera de ese lugar, el color oscuro de las rocas majestuosas escondían el verdadero significado de la belleza. En ese momento...parecía que todas las respuestas a mis preguntas estaban allí abajo, esperando a que me lanzase al vacío y dejase de lado el nauseabundo mundo que habitaba, sin respuestas, ni lobos, ni ella...
Desde abajo, sonreían los misterios y el fuego fatuo envolvía la cálida brisa haciendo que su pelo se enredara en los árboles.
Entonces lo vi claro.
El abismo me miraba a mí. "
Entonces lo vi claro.
El abismo me miraba a mí. "