Convencida de que el Sol escondía un secreto nadie durmió esa noche...el sabio mientras moría en la habitación de al lado, la mujer gozaba del sexo desenfrenado, el desorientado leía a Voltaire, el resignado subía al escenario para convencer de que el fin estaba cerca, la caracola buscaba el camino de vuelta a casa, la guitarra se desafinaba de la risa y mientas tanto...el Sol callaba.
Quise dormir, y cuando desperté había nacido la Luna.
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