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El amor que nació de los ojos de Buster Keaton.

Es posible que Margaret esté enferma, he visto como lloraba. Tenía esa cara de cobarde que suele poner cuando le susurran la verdad al oído. Al parecer le han contado un secreto, pero de esos secretos que te erizan la piel...¿los conoces? Una vez me contaron uno, vino de unos labios finos y delicados, parecían perderse entre las palabras y el olor a ron. Pretendía hacerme vibrar, mi cuerpo era una fina cuerda de arpa entonces...han pasado ya algunos años de aquello. Betty era una chica singular, según ella no deberían existir ni las viejas leyendas de enamorados ni los trenes cama. Ella solo quería bailar y vivir en el pasado, como si fuese una escritora de la generación Beat. Más tarde nos enteramos que era alcohólica y le gustaba que los hombres la tomasen en cuenta.

El secreto de Betty fue menos denso que el de Margaret.
Como iba diciendo, mi secreto, es de esos secretos que sabes que morirá contigo, es muy frágil, pero cuando pega latigazos duele como un condenado. A veces pienso que yo estoy enfermo también.
Volviendo a Margaret ; ¿la conocéis? Ella es preciosa, se podría decir que es la mujer de mi vida, ella no lo sabe. Nuestro amor es como el de las películas mudas, se rige por expresiones y movimientos a cámara rápida. Muchos se enamoraron de nuestra manera de enamorarnos, no les culpo, ella es algo de otro mundo.
A veces pienso cómo puedo vivir sin ella, !Oh Margaret¡ si pudiese saber tu secreto.
El mio es horrible, cuando lo supe, tuve que retirarme en soledad, a lamer mis heridas en lugares oscuros y solitarios.
Es verdad, yo no elegí ser artista. Tampoco elegí llevar una carga pesada sobre mi espalda, mis piernas son cortas y no demasiado fuertes.
Margaret amaba a Betty, yo solo soy una sombra, mi secreto, soy yo.

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