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Cuiden a la bestia.

" Brillaba como los ojos del recién nacido, podía verle el alma cuando movía su vestido al bailar, la recuerdo casi desnuda...mirándome con esos ojos llenos de sexo. Notaba como formaba parte de la tierra cuando ella me tocaba y si pudiese decir algo gritaría "Ayudadme, bastardos!" nada podía hacer ya, y pierdo el tiempo en intentar recordar como su vida era la cuchara llena de azúcar que necesitaba para moverme. Me ofreció tan poco y tan variado que de su laberinto no se podía salir. Su respiraciones decían "ya queda menos" pero de vez en cuando suspiraba, cuando eso sucedía...se leían sus vibraciones, decía "que el Sol me arranque la piel a tiras si así puedo ser más suya".
Me asustaba pensar que estaba hecha de aire, nada le ataba aquí y sabía que si algún día pudiese,su tacto se volvería pluma, nada frenaría su huida. 
Llegué hasta ella mirando hacía el abismo, y la vi, rodeada de lobos y fieras. Su olor parecía mermarles y casi le rendían vasallaje. No parecía importarle lo que ocurriese fuera de ese lugar, el color oscuro de las rocas majestuosas escondían el verdadero significado de la belleza. En ese momento...parecía que todas las respuestas a mis preguntas estaban allí abajo, esperando a que me lanzase al vacío y dejase de lado el nauseabundo mundo que habitaba, sin respuestas, ni lobos, ni ella...
Desde abajo, sonreían los misterios y el fuego fatuo envolvía la cálida brisa haciendo que su pelo se enredara en los árboles.
Entonces lo vi claro.
El abismo me miraba a mí. "


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