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Las doncellas tambien aman a monstruos.

Abriría los brazos a la carretera si pudiera salir de esta habitación.
Pensaba que iba a ser mas sencillo y que mañana no recordaría nada, mentí...no sé ser la mujer maravilla. Traté de esquivar el pasado, de no pensar en él, de no caer en manos de mis errores de los que luego pesan tanto. Mi cabeza esta desordenada, no sabe quién o qué pertenece realmente al presente, y es que vivo en continua mudanza. La imaginación no siempre me apoya y yo siento miedo, como siempre. A veces me canso de ser la misma boba que piensa y piensa las cosas, pero que a la vez que cree que piensa, no hace más que sentirlas en su propio cuerpo. Me quemo, y la llama aviva la incertidumbre de un futuro incomodo de su físico, que desearía ser ligero y sencillo, pero que a medida del paso del tiempo, se vuelve pesado y volátil.
Un desvío afortunado haría que mi nombre saliese en cualquier parte del mundo, pero el desvío esta lejos de mi bolsillo.
Viviré entre mis letras desconocidas por muchos, e ignoradas por todos, y buscaré el camino más largo que me lleve a encontrar el sonido de los dedos rozando con las páginas del libro más erótico del momento.
Y así ganaré la fama de la pianista de la escritura que se contoneaba mientras escribía de un lado a otro, imaginando, que la música y las colillas eran su público al que tenia que complacer.
Trabajaré duro el día de mañana, mientras que mi sueño, mi único e inconfesable sueño, sigue creciendo en mi alma, como el niño que hay en mi.

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