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Jaque a la maestría de la perfecta señora tristeza

No es demasiado acogedor, pero hay una cama y un escritorio, suficiente para desconectar...lástima que no pueda contárselo a nadie. Un mes como septiembre, siempre está lleno de canciones tristes que guardan nombres feos y caras conocidas. Me parece que mañana, desaparecerán las sombras de nuestras espaldas, y a la luz del sol, solo se verá lo que en realidad somos, solo septiembre. Mientras hacia el recorrido de todos los días me planteaba la opción de soltar la carga allí mismo, mirarme los bolsillos y rezar para que lloviese de manera que la ira de las nubes arrastrase todo lo que no me gustaba de septiembre. Improviso, como siempre, como nunca, nada guarda relación, y no siempre el significado es el correcto, pero a quién cuento todo esto, si en el otro lugar del mundo donde estoy ahora, nadie puede escucharme. Pero de manera extraña me gusta el silencio, mi silencio. Al otro lado de la habitación un borracho pide que se le perdonen sus pecados, el también esta harto de septiembre.

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