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Orillas del mar

Las fotografías estan manchadas de café y alrrededor de la habitación esta la ropa tirada, el cenicero esta lleno de colillas, unas dicen, inspiración y otras desastre, al caso que más da, las dos son muerte.
En el techo cuelgan telarañas y las persianas estan cerradas, que ambiente más idóneo para que la música suene, pero...las letras no acompañan solo quiero melodía.
El  libro sin marcapáginas y abierto cuelga de mi mano, y se siente desnudo, al igual que el armario, lleno de trapos baratos que solo sirven para ocultar cuerpos cástigados por la vida, ¿o quizá a esos cuerpos los visten trapos caros?
Cuando paras tu propio tiempo, simplemente para pensar, piensas en el pásado, recuerdas tu infancia y las voces del préterito te atrapan, derrepente, te siente pequeño, minísculo, pero sonríes.
Hay algo que siempre te hará sonreír...tan duro no podía ser todo, y a veces el lugar mas sombrío es el que mejor te ámpara, porque mantengo que las personas somos como los lugares, podemos ser ciudades o pueblecitos pequeños.
Nos identificamos con todo lo que nos gusta y eso puebla nuestros lugares, solo somos gente que quiere mejorar día a día sin más.

No me pongáis freno
ni queráis culpar,
que lo uno es injusto,
lo otro por demás.
Si me queréis bien,
no me hagáis mal,
harto peor fuera
morir y callar,

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