-Mademoiselle Marielle pongáse el sombrero, ¡están lloviendo cartas, hojas y cristales! -dijo el monsieur Constantin.
-Monsiuer Constantin, desvaría tan ricamente, que incluso me enamora.
-Créame mademoiselle, el cielo no sólo se preña de agua.
-Me protegerá, sé que lo hará monsieur.
-Le protegeré de las cartas, llenas de mentiras sobre el amor y la desilusión. Es probable que espante a las hojas sucias y húmedas, pero querida debe esquivar los cristales.
-¡Monsiuer Constantin!-dijo indignada la bella mujer- ¿Me abandona a mi suerte?
-Madmoiselle Marielle, yo solo la protejo.
qué bonito! me encanta eso de que lluevan hojas :-)